Capítulo 3-1-3

CAPÍTULO 3
PARTE 1-3: OUROBOROS


Diciembre.

El invierno de Noigllado.

El aire frío del Bosque de Hielo Chantoll venía con el viento del norte, lo que hacía el invierno muy frío.

El Lago Helado Saintris parecía un gran espejo brillante.

Los ciudadanos de Novarista se encontraban ocupados preparando la llegada del Festival Celios.

En el palacio, la arzobispo Eleonora estaba convocando a otros obispos para el sagrado ritual anual de Trisagion.
Sentada en su trono, la emperatriz Matin escuchaba el reporte administrativo totalmente ausente. Parecía muy ansiosa.

“Falo… ¿Qué estás haciendo? No escuché nada de ti estos días… ¿Te sucedió algo?”

Habían pasado 3 meses desde que Matin ordenó a Falo encontrar a su hermano, pero ni un solo mensaje le había llegado.

- Eso es todo. Pero, señorita Matin, ¿le pasa algo?


Matin se sorprendió un poco. Volvió su rostro a Theo.

Theo, el Ministro de Interior y maestro de Matin, era un hombre amable de más de 70 años.

- Señorita Matin, comprendo lo preocupada que se encuentra por Falo. Pero todo estará bien, por favor no se preocupe. Estoy seguro de que regresará pronto.

- Lo sé. Confío en él… Pero, sigo preocupada… La rebelión…

La paz pública en Noigllado se estaba volviendo cada vez peor y peor.

En Madura, a causa de una contradicción entre la clase baja y los jueces, un disturbio irrumpió la ciudad.
La Corte y la Iglesia Trisagionid fueron usurpadas por la rebelión. Finalmente, los Caballeros Reales fueron enviados para resolver el asunto, y provocó uno de los más grandes incidentes en la historia de ese país.

La ejecución del antiguo rey, el fin de Azuelgatt, la coronación de la emperatriz Matin…

Demasiados incidentes estos años. Algo empezó a enloquecer.

- Theo, no puedo entender. ¿Por qué irían contra Trisagionid? –preguntó Matin con sus infantil mirada.- Trisagionid nos dio todo lo que tenemos. Es la fundación de la paz eterna. ¿Cómo podrían rehusarse a aceptar la paz?

- Bueno… No lo sé. Quizá simplemente porque son “malignos”.

- “Malignos”…

Esta adorable joven de sólo 14 años era demasiado amable e ingenua para comprender el significado de la palabra “maligno”.

Puso toda su fe en Trisagionid. Creía que todos se amaban los unos a los otros y vivían una existencia pacífica bajo las reglas de Trisagionid. No sabía nada del bajo mundo. ¿Por qué alguien violaría las reglas? No importa qué tanto intentara entenderlo, no podía.

Viendo el reino destruido, se habría convertido simplemente en un gato imposibilitado de salir de una caja.

- Con su permiso, mi emperatriz –un hombre con mirada penetrante ingresó a la sala del trono.

- Theo, ¿qué estuviste haciendo? Mira este reporte. ¿Debemos llamar a esto tus logros políticos? –apuntó a Theo con la hoja de reporte.

Su nombre era Matthias, un agente de Agiona.

- Adivina qué pasó en Fallune. ¡Se atreven a oponerse a nuestra santa caballería! ¡Esto es un desastre!

Theo no estaba sorprendido. Aunque intentó gobernar de la mejor forma posible, las cosas no estaban mejorando. Sabía que algo así sucedería.

- Matthias, ladrar como un perro no nos ayudará. ¿No crees que lo mejor sería encontrar la causa de esto y hacerse cargo?

- ¿La causa? ¿De qué estás hablando? ¿No crees que es todo culpa de tu incapacidad e ineptitud? Es la conclusión a la que Agiona ha llegado liderada por Lord Zalieri. ¡Si no puedes hacer algo mejor antes de
la Conferencia 4H, mejor prepárate para ser acusado de traición!

Dio la vuelta y refunfuñó antes de que Matin abriera la boca.

- El perro de Zalieri…

Todo el verdadero poder del Sagrado Reino yacía en las manos del jefe de Agiona.

La Conferencia
4H es el nombre del más alto parlamento al que sólo las 4 clases más altas (Ministros, Guardias Reales, Arzobispos y Agiona) están permitidas a participar. Pero ahora, había sido arreglada por la voz de Agiona.

La agencia especial Agiona usaba un emblema de Ouroboros.

Parecía que todo el Reino estaba condicionado por ese Ouroboros.

“Cómo será el futuro si las cosas siguen así…”

Theo no podía imaginar qué sucedería en los días venideros.

- Theo, ¿te encuentras bien? –Matin mostró su compasión.

- Oh, señorita Matin, lamento mucho que haya tenido que verme así. Pero por favor, disculpe sus malos modales. No creo que sea un mal hombre. Quizá sólo se encontraba muy ansioso por la situación. Creo firmemente que todos amamos este país y no deseamos verlo en problemas.

Theo no pudo decir nada más que eso. Esa adorable joven ni siquiera sabía dudar de la gente.
Quizá por eso fue escogida por Zalieri.

- Lord Rheinland… el rey anterior también fue manipulado por ellos. Fue forzado a iniciar una guerra contra Azuelgatt y, finalmente, fue ejecutado por ello. Ahora, ¿qué le sucederá a la señorita Matin?

Theo sintió lástima por la niña.

“Oh, Santa Ristaccia… No quiero ver que algo así suceda de nuevo, especialmente a una niña tan pequeña como ella. Pero, ¿qué puedo hacer?  Soy demasiado viejo para luchar contra ese Ouroboros…”

- Señorita Matin, creo…

Theo quiso decir algo, pero justo en ese momento, un caballero ingresó a la sala del trono.

- Mi emperatriz, le ruego disculpas por haberla hecho esperar.

Era el caballero más fiel.



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