CAPÍTULO ESPECIAL I
Bellum
 

Oh, Shamshir.

Sé que has salvado al reino y a todos nosotros.
Mucha gente te ha admirado como a una súper heroína. ¿Cuánta? Yo lo sé.
Mucho coraje es el que le has brindado a nuestra gente. ¿Cuánto? Yo lo sé.
Lo sé mejor que nadie.
Pero eres demasiado poderosa, innecesariamente.
¿No has notado cómo te mira la gente?
Los ojos de todos están llenos de miedo.
No puedes ser una Humina. Debes ser una especie de monstruo o demonio.
Eso es lo que piensan todos.
Tienes a todos en pánico, aunque no es tu intención.
Como la Reina, debo hacer algo.
¿Qué pasaría si apuntaras con esa cimitarra hacia nuestra gente?
Claro que no tienes razón para hacerlo, pero ¿te has dado cuenta? No puedes controlar ese poder.
El fuerte siempre se encuentra ansioso por pelear.
Siempre quisiste retar a los oponentes más fuertes. Para probar tu fuerza, a ti misma, y para disfrutar la batalla.
Al final terminarás perdiendo tu corazón y volviéndote una esclava de tu poder.
Caerás, de heroína a demonio.
Para liberarte de esepoder demoníaco, y salvar a mi pueblo del temor y la amenaza, y como la reina de Azuelgatt, debo hacer algo.

En nombre de la misericordia.

Descansa en paz, mi heroína.

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Un héroe es equivalente a un demonio.

A veces, un héroe puede ser considerado un demonio. A veces, un demonio puede ser considerado un héroe. Son idénticos.
Son orígenes de moralidad. Sus palabras y acciones son tomadas como estándar para juzgar si un comportamiento es bueno o malo, moral o inmoral.
Tanto la reverencia como la abominación pueden conmover el corazón de la gente; la energía de la vida.
Y de esa energía, puede nacer algo. Cultura, moralidad, sentido común, o aún más cosas.
Si tu corazón es un crêpe, esas cosas pueden compararse con su relleno.
La crema es dulce y deliciosa; es buena. Todos lo dicen.
Nadie se atrevió a decir que la moralidad es algo malo, así que todos lo aceptaron. Finalmente, una virtud se transforma en una obligación, lo que lleva a una nueva virtud.
¿Qué sucederá si el círculo sigue? Es en vano.
Es obvio que los humanos estamos cansados de quejarnos de la moralidad inconscientemente.
Ya es suficiente, basta de eso. Es hora de ponerle un fin.
No necesitamos ningún héroe más. Los seres trascendentales no son necesarios para nada.
Si los humanos queremos llegar a la inmortalidad, primero debemos sellar los genes de elite.


A.D. 2355
Por Augustine Bygott (investigador de Éticas Evoucionistas).