Capítulo 4-1-1

CAPÍTULO 4
PARTE 1-1



Una cabina.

Un anciano sentado detrás de un escritorio.

Un libro lleno de palabras y otro vacío estaban sobre el escritorio. Pareciera que el anciano estaba copiando libros con su pluma.

Pero si se mira cuidadosamente, se ve que el anciano no estaba copiando los libros diligentemente. Tuvo varios errores al copiar el libro.

Cuando terminó la copia, quemó el libro viejo, tomó otro en blanco y empezó a realizar la copia nuevamente. El nuevo libro vacío se veía mucho más lujoso que el anterior.

Exactamente como la vez pasada, también cometió errores en el copiado de este libro.

Quizá, no eran “errores”. Quizá, el anciano editaba los artículos adrede.

Luego de terminar la copia, empezó a hacer el mismo trabajo de nuevo.

El piso estaba lleno de cenizas. El anciano debió haber repetido el mismo trabajo varias veces.

Sin saber cuántas horas habían transcurrido, el anciano seguía haciendo la misma tarea.

Pero esta vez, las cosas cambiaron.

Cuando el anciano copió y editó los artículos como antes, encontró que los nuevos artículos escritos empezaban a desvanecerse inmediatamente.

El anciano estaba pasmado. Pareciera que nunca había enfrentado este tipo de situación antes.

Reescribió el artículo editado otra vez, pero pronto se desvaneció nuevamente.

Solamente si él no copiaba los artículos con exactitud, las palabras se desvanecían al momento.

El anciano estaba muy confundido y furioso. Dejó la cabina, con el problemático nuevo libro en su mano.




Un profundo bosque primitivo.

Una especie de criaturas gigantes estaban en el bosque. Nunca nadie las había visto antes.
Parecía que estaban esperando a que algo ocurriese.

De repente, una gran bola de fuego apareció en el cielo. Estaba cayendo hacia la tierra rápidamente.

Lugo de un momento, el suelo fue devorado por el fuego, y el cielo fue cubierto por oscuras nubes.

Pero, las criaturas vivientes no se encontraban para nada nerviosas. Se puede sentir la serenidad en sus ojos.
Tal vez, no tenían suficiente sabiduría para saber qué les estaba sucediendo.
Pero de esa forma, pudieron enfrentar su muerte silenciosamente, sin temor.




Una larga cadena colgando del cielo.

Una joven estaba trepando la cadena. Había una hermosa manzana en su mano.

Muchas cosas vivientes estaban siendo atadas por la cadena, por debajo de la joven.

Eran tan pesadas que hicieron que la cadena fuese arrastrada hacia el suelo. La joven se puso nerviosa. Sacó su espada y cortó la cadena.

El extremo de la cadena cayó al suelo, con las criaturas atadas a ella. Repentinamente, un diluvio brotó desde el suelo. Todo en él estaba siendo devorado.

La joven se regodeaba sobre la escena. Una maliciosa risa usurpó su rostro.

Entonces, comió su manzana con una sonrisa de satisfacción.



Hannes despertó de los extraños sueños nuevamente.

Tenía estos extraños suelos todas las noches durante los últimos días. Los sueños la molestaban mucho. Finalmente decidió consultar al Papa por esto.

¿Qué hay de nuevo?
 
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